viernes, 11 de octubre de 2013

Me gusta un tipo.

Esto fue escrito hace 11 meses.
Un mes mas tarde la historia empezó a tomar forma. Pasó. Fue. Nació y murió. El tiempo se detuvo aquel día, pero resultó no ser el amor de mi vida. (aún).


Si, después de haber vivido sentimentalmente casi un año en puntos suspensivos de repente una noche de concierto caminando entre la gente lo encontré. La gente se abrió dándome paso y ahí estaba.
Seguí caminando directo hacia él, le di un beso y un abrazo.

¿Has escuchado eso de que cuando ves al amor de tu vida por primera vez el tiempo se detiene? Pues no se si sea cierto, pero durante unos segundos todo se volvió en cámara lenta y luego volvió a su normalidad.

Nunca imagine que nuestro encuentro fuera entre luces y amplificadores, entre gritos, bajos y guitarras estridentes.
Nos conocíamos de antes, solo entre palabras banas. Nunca en huesos.
Desapareció entre la multitud y justo después de unas horas, cuando los gritos de ahogaron y las luces se extinguieron, ahí estaba.
Caminamos tomados de brazos, corrimos y jugamos. Reímos. Reímos mucho.
Sin verlo antes lo vi como nunca lo había visto.

Nos despedimos entre risas y un beso dislocado.

Desde entonces mi mente se parcializó. Un solo pensamiento.

Solo 7 días han pasado desde entonces y no se si su corazón reconoció al mio.
No se si en sus pensamientos mi recuerdo revolotea cual mariposa enamorada.
No se cuanto tiempo pasará antes de volverlo a ver, solo se que mi corazón está contento que la ilusión hace nido dentro velozmente, que tengo miedo en el pecho y dudas en mi cabeza, pero no quiero, que, cual aurora boreal, desaparezca.
Está vez quiero que perdure.

Me encargaré de que eso suceda, por que es que de verdad, me gusta el tipo.


Déjalo

¿Por qué te empeñas en hacer de esto una historia de amor tortuosa?
Ni siquiera hubo amor.
Fue lo que fue y ya.


Déjalo.