miércoles, 8 de julio de 2015

Aurora

Llegas.
Me miras y el deseo empieza a hablar sin palabras.
Nos escapamos del bullicio de la ciudad
y nos internamos en la oscuridad de una habitación.
Tu boca busca mis besos.
Mi lengua explora tu boca.
Recorres mi cuerpo liberando botones
arrancando mi ropa.
Desnudándome.
Tus dedos encuentran mis pezones,
los acarician, los pellizcan sin permiso.
Mi humedad se empieza a sentir.
Recorres mi vientre con tu lengua,
bajas,
muerdes
te recreas en entre mis piernas.
Tu boca. Tu lengua. Tus dedos. Mi humedad.

El mundo gira y estoy sobre ti.
Mis uñas acarician tu pecho. Tus manos envuelven mi cuello
y cortan mi respiración mientras mi cuerpo danza sobre ti.
Gemidos...
Gemidos...
Gemidos...
Cierro los ojos...
Hago implosión...
Estoy f l o t a n d o. . .
Mi mente se pone totalmente en blanco.
Mi piel se eriza.
Una gota de sudor frío recorre mi espalda.
Mi gélido cuerpo comienza a temblar
y mi río se desborda sobre ti.
Vuelvo a sentir cada centímetro de mi cuerpo.
Ven... estoy aquí... bésame.
Volvamos a respirar.

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