lunes, 11 de octubre de 2010

Palabras.


Las palabras duelen. Queman. Quitan vida y luego te la dan. Una palabra puede ser suficiente para hacer que tu alma se eleve a su máxima expresión y brille con la fuerza de mil soles, así como también una palabra puede llegar a tener el poder para destruirte, derrumbarte, mandarte al mas oscuro y tortuoso de los infiernos.
Palabras de amor. Palabras de perdón. Palabras de odio, rencor, dolor… es tanto lo que podemos hacer con ellas… es tan infinito su poder! Nos duele cuando no escuchamos aquellas palabras que tanto deseamos que nos digan y nos sabe a gloria cuando nos maravillan con aquello que esperamos!
Mi impulsividad me ha llevado a decir cosas horribles. Palabras hirientes, palabras cortantes. Siempre me costo tanto poner en practica eso de “Piensa antes de hablar”, pero fue de la peor manera que al fin pude entender esto. Fue perdiendo amistades, amores, e hiriendo a personas que son realmente valiosas para mi que pude entender que si lo que saldrá de mi boca no será mas hermoso que el silencio… entonces no vale la pena que lo diga.
Palabras. Debemos analizarlas antes de soltarlas. No podemos cegarnos por la ira o la impotencia momentánea. Detengamos un momento y pensemos en el daño que ellas pueden causar y que tan irremediable puede ser. Si, es difícil. Dímelo a mi!! Pero no imposible. No dejes que tus palabras te alejen de las personas que amas.

Las palabras son un arma de doble filo, úsalas con sabiduría.


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