Esta vez de verdad creí tener la fuerza para borrarte, pero sigo metida en esta pesadilla en la que te me has convertido. Si he mejorado un poco, no puedo negarlo, tengo que darme algo de crédito, pero es que sigues siendo una constante inmutable en mi pensamiento.
Se que ya no puedo seguir esperando por ti, simplemente por el hecho de que no quieres que lo haga. Que nuestra historia termino y que entre nosotros no es posible que exista ni siquiera una amistad.
Somos historia, pero mi corazón, que desde hace tiempo ya se convirtió en mi peor enemigo y consejero, se empeña en mantener el libro abierto.
Tu amor me dio una esperanza a la cual, lamentablemente, me sigo aferrando, aun sabiendo que es totalmente inútil, que es tan imposible y ridículo que volvamos a unir nuestros lazos como querer caminar en el vacío, o pretender vivir sin respirar.
¡Tengo ganas de llorar y maldecir al cielo y a mi destino por ponerte en mi camino! Por haberme dado algo tan maravilloso para luego arrancármelo de la peor manera.
¡Es tan difícil ser fuerte cuando lo que quieres es rendirte!
Cada día me encuentro algo que me hace pensar en ti. Una canción que dedicarte. Una carta que enviarte. Una palabra que decirte. Pero lucho contra mi misma la mas dura de mis batallas personales para no enviarte ese mail que te escribí y que luego borre, para no pedir tu numero a cualquiera de nuestros amigos y cometer la descomunal estupidez de enviarte un mensaje de texto diciéndote que te extraño y te pienso tanto como la primera vez que dijimos adiós.
Se que deje mucho desastre y destrucción detrás de mi como para querer volver, se que solo cause problemas y te hice la vida “pesada” como para pretender volver a tu lado. No quiero hacer tu vida más difícil y volver a donde estábamos. No quiero que vivamos todo lo que planeamos y nunca hicimos. No quiero viajar a Paris, no quiero conocer a tu familia en caracas, no quiero viajar por toda Venezuela y comer sushi en todos los Bonsai del país. Solo quiero sacarte de mi mente y de mi vida por completo. Y sobre todo de mi corazón.
Quiero que cuando llegue el día de volver a encontrarnos, yo pueda mirarte a los ojos y sin sentir que mi corazón saldrá volando y que en cualquier momento podre saltarte encima y golpearte con un enorme beso.
Solo quiero olvidarte. Y que no siga siendo solo un intento fallido.
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